Lenguaje no verbal...
La comunicación se produce tanto verbalmente como a un nivel que va más allá de las palabras. De hecho, hay estudios que muestran que alrededor del 70% del mensaje suele transmitirse de forma no verbal. El lenguaje no verbal está formado por un gran conjunto de detalles sutiles, movimientos corporales, formas de mirar o de decir algo, gestos, posturas...
Existen expertos en el arte de comunicar que se apoyan en los aspectos no verbales. En la comunicación cotidiana el lenguaje no verbal se expresa desde el plano inconsciente. Un conjunto de movimientos relacionados entre sí −que pueden ser de brazos, pies, cabeza e inclinaciones del cuerpo− configuran un mensaje con significado y con una interpretación asimismo significativa.
Un gesto puede tener mayor peso en la comunicación que una palabra hablada, o por lo menos un efecto similar. Mientras que una palabra aislada frecuentemente carece de sentido, un solo gesto es capaz de transmitir todo un mensaje. A veces, por ejemplo, un guiño o una sonrisa pueden transmitir confianza con una contundencia que una palabra no conseguiría hacerlo.En el ámbito sexual, todos somos muy sensibles a los mensajes corporales y respondemos a ellos con facilidad. Contamos con una especie de radar que capta los mensajes que andamos buscando. Por lo general, nuestra atención es bastante selectiva. Usamos filtros y nos llama la atención sólo un pequeño porcentaje de la información a la que estamos expuestos en nuestro desempeño diario.
Como los animales, también tenemos nuestros rituales de apareamiento, que pueden expresarse de una forma más o menos sofisticada. La pervivencia de la especie convierte en objetivo encontrar una pareja y "formar un nido". Esto hace especialmente interesante todo lo relacionado con el sexo, la sexualidad, las relaciones sexuales... Nuestro radar está pendiente de los mensajes sexuales de ciertas personas. Ese mismo radar puede no registrar las señales de quienes no interesan.
Cuando alguien nos atrae o excita sexualmente, todos nuestros sentidos entran en juego, especialmente la vista, el oído y el tacto. Entonces podemos decir que más allá de las palabras, importará cómo se diga algo, el tono de voz, los gestos, los movimientos que se realicen... Pero mucho cuidado, que a veces los códigos pueden no estar en sintonía y percibir y enviar mensajes confusos o erróneos.
artículo del blog del sexo de El Mundo:
http://www.elmundo.es/elmundo/sexo.html?a=4c09545c38000c8cdc2d67a8be3270ba&t=1177362602
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